RIÉNDOME EN LA FILA

 



Parte I

Este año empezó como el loly. Licencia médica, clotia, ansiedad a mil. No me reconocía, tampoco era capaz de ver en perspectiva mi vida. Mis amigas me recordaban que no tengo problemas “reales”; sin embargo, entendían mi sentir ¿Quién no ha estado en el hoyo? La weona desdichada. Quedé como el orto por un weonnnnnnn, ahora le cantaría esa canción “por ser así tal especial ….” Es que no saben na´ qué pasó después de esa romántica carta que muchas leyeron.

No me fui a la chucha porque ese gremblin no me valoró, sino el perla habló de mi con una de las tantas mujeres con las que jugaba a la casita. Jamás pensé que pasaría por algo tan poblacional. Picaaaannnteee!! como dice la Sole.

Le dije “sanguche de palta” ahora que lo pienso es más bien “sanguche de potito”. Me enfurecí y le escribí los textos más sanguinarios, detonáos. Ese weon si me ve en la calle cruza y sale corriendo. Soy Cáncer peor que Pablo Escobar ¡Que arda todo!

En fin, ese capítulo en mi vida ya pasó, sólo estoy haciendo una línea de tiempo para que entiendan toda la wea y no se queden con la copucha de qué pasó después. La rabia ya no existe en mi corazón. Pasado, pisado

Tengo mil historias que me cuesta dimensionar todo lo que pasó en un año tan corto ¿Qué onda cómo pasa el tiempo? Así se nos pasa la vida.

Parte II

Me fui a Italia. Ya saben toda la historia porque la detallé en mi podcast a pesar de que algunas soas les haya molestado mi boquita de cereza. Perdón me criaron a puras chuchás.  

Después de ese viaje comienza un nuevo capítulo porque reabrí la APP Bumble de cargante dado mi éxito en aquel país europeo. Obvio que me encontré con una realidad completamente diferente, otsea. Scrollear es una pesadilla. Siempre lo supe. Hasta escribí de la wea, soy burra.

Esta vez pagué la suscripción para que nadie me vea y tuve un par de citas, pero la más memorable fue con un argentino. Un tipo amable, cariñoso, en las fotos se veía súper encachao. Conversamos un par de días, hasta que decidió arrendar un departamento en Puerto Varas a orillas de playa para conocerme y sorprenderme. En este punto me di cuenta que las citas me provocan una ansiedad horrible, si me comiese las uñas me comería la mano entera.

Le dije a mi amiga Lily que me haga la manicure para ir perfecta, que agotador. Me dijo “ese tipo de weones jamás cumplirá tus expectativas. Imagínate si tiene mal aliento, come con la boca abierta, no se ducha” entre un largo etc. En ese minuto me puse a pensar que lo peor que me podría pasar es que le falte un diente.

Así que me fui llena de miedo a la cita. Era en un restaurante en Puerto Varas. Llegué primero porque me carga llegar después, me baja un poco los niveles cortisol. Lo veo a lo lejos, me ponía cada vez más nerviosa. Entró y sonríe ampliamente.

No me van a creer que le faltaba la mitad de la paleta de un diente, la paleta weon no una muela. Conchasumadre casi muero y hablaba como Chuchana Chechilia del Jappenin con Ja. Me regaló el libro “Los cínicos no sirven para este oficio” con un imán de The Beatles, super amoroso, a cambio le regalé un vino que se llama “Viejo Feo”. El medio fail. Como decía Shakespeare “soy un juguete del destino”. Mejor me río.

Comimos, buena onda, buena conversa pero no podía quitar la mirada de su diente. Pensé “yo preocupada por las uñas o por el rollito ¡Que estupidez!”. Definitivamente, no sabes con qué te vas a encontrar. Me sentí pésimo por él y por mi ¿Qué chucha hacía ahí? Adiós.

Mi amiga tan sabia tenía toda la razón. Esto no es lo mío pensé, pero seguí para elevar más mi ego, nada más, o tener sexo casual porque sentía que ahora me encontraba preparada para aquello. Sexo sin amor como la película.

Parte III

Luego de esa experiencia y de otra con un fanático religioso cerré Bumble. Sin embargo, lo del sexo casual se me concedió no a través de una APP, sino a la antigua. Old fashioned way. Todo que ver.

Resulta …acá están todas expectantes.

Este 2025 para mí fue un año de transición, pasé de ser una mujer que se creía su propio cuento de conservadora, de tener el corazón pegado al poto, de ver a los hombres como una amenaza a disfrutarlos, a liberarme de mis creencias y miedos saltando el cerco y riéndome en la fila. Ya no estoy en estado de alerta ni me preocupa el hecho de no tener pareja. Aprendí a ser soltera ¡por fin!

Bueno, lo que les interesa soas sapas es qué pasó. A fines del año pasado conocí a un muchacho de 37 años, extranjero, guapo del verbo guapo, mijito rico. Él me abordó, ni me moví de mi escritorio. De la nada me vi atracando en la calle bajo la copiosa lluvia del sur. Pensé “ups que divertido”, besador de aquellos que te dejan turuleca. No contaré nada más.

En este punto me quité el velo de la inseguridad y comencé a sentirme sexy sin esfuerzo. Amante de alto calibre. Hace poco le escribí onda “hello baby supe que andas por acá” toda coquette. Jamás de lo jamases hice eso. Estuve rígida como un palo por mucho tiempo llena de pájaros en la cabeza. Txao ! Ahora soy una mujer de acción, una Power Ranger.

Luego tuve un remember con alguien que conozco hace mil años. Nuevamente me vi envuelta en una experiencia que ponía a prueba si era capaz  de separar las cosas. Pude hacerlo, ya no le ponía un componente emocional a las cosas resurgiendo como una nueva persona, más segura, brillante, clara, deseable, entretenida. Tampoco me sentí vacía.

Retomé una parte que estuvo dormida por mucho tiempo, tres años para ser exacta. Convengamos que mi “casi nada” abrió un nuevo espectro en mi vida sexual adulta, enhorabuena, pues hoy me permito gozar de mi sexualidad que estuvo vetada por mis propias barreras y prejuicios desde siempre. Entendí que el sexo es una energía donde el cuerpo es sólo un canal. Basta de pudor.

No contaré la última y reciente experiencia, esa sí que estuvo buena y anecdótica, no me la creerían. Quedará en los anales de mi historia. Mis amigas sí que festinaron con mi aventura de connotación nacional. Lo pasé la raja. Entremedio está Brasil.

Parte IV

Brasil, oh Brasil. Saqué la conclusión que no estamos deprimidas, nos falta Río, se los digo al tiro. Que manera de haber hombres guapos, testosterona everywhere, amo esa ciudad por muchos motivos. Me fui picada de la araña, quería que algo cayera en mis redes y cayó la tremenda mosca.

Resulta que al segundo día de llegar a Río fui a una cena con desconocidos a través de una APP en Leblon.  Después de la cena me dicen que hay un after y terminé en Botafogo, ella la que iba cagada de miedo. Llegué y me sentí como en Colina I, pensé que fue una mala idea.

Fuimos a un bar y ahí conocí a mucha gente, entre ellos a un uruguayo con el que cantamos “Awariraro” de 31 minutos en un momento random memorable. Al cerrar ese bar nos fuimos a otro bar más peligroso que el anterior. Necesitaba volver a Ipanema y dependía de mi nuevo amigo porque no quería volver sola. Luego a alguien se le ocurre ir a carretear a Ipanema, sentí alivio. Nos fuimos al bar “Emporio 37”, rockero lleno de gente linda, quedé loca. Voy a bailar, siento que muchos hombres me miran, supongo porque estaba muy feliz y soy rekia, obvio. Que lindas nos vemos cuando estamos contentas, concluí.

Salí a fumar un cigarro para apreciar todo a mi alrededor y de repente alguien me mira con una gran sonrisa tipo Pepe Cortisona, se acerca de inmediato y dice en portugués “eres hermosa”, yo pensé mishhh. Me dijo al minuto “dame tu teléfono porque mañana saldrás conmigo”. Atónita le dije mejor Instagram para cachar algo del tipo. Me preguntó el nombre y hablamos un par de weas pero no le entendía nada, era todo como una caricatura. Ipso facto me dice “te puedo dar un beso”. Esa wea sí la entendí. Me encogí de hombros y le dije “bueno, ya”.

Pa’ que les cuento, fuimos el espectáculo de la calle, poco faltó para que me tire a la pared, así paffff. Me sentí como una adolescente o una niña que hacía una travesura. Estaba cagá de risa por dentro ¿Qué chucha pasa? No entendía nada sólo que mi deseo se cumplía así de fácil y lo mejor es que nadie me conocía porque siempre estoy preocupada de lo que la gente piense de mí.

Me di rienda suelta y sentí la raja. En el peak de mi sensualidad. No daré más detalles, pero no me fui con el tipo pues en el extranjero hay que ser cautelosa, tampoco me junté de nuevo con él. En todo caso no lo necesitaba, todo fue perfecto así tal cual.

Brasil me cambió, coronó una nueva etapa en mi vida, soy otra persona desde entonces. Vuelvo en marzo, por la energía que allá se da. Brasil la lleva. Jamás me habían dicho tantas veces que soy rica “gustosa”. Acá no me saben valorar. La Pamela Leiva tenía razón aunque ahora ande llorando.

Pronto se viene un nuevo episodio sobre Brasil pues hay muchas historias que contar relacionado no sólo con el webeo sino con el destape del cuerpo y la imposición de estándares de belleza que nos han cagado la cabeza. Póngase traje de baño.

Parte V y final

Como ya saben partí el año pésimo, muy triste por alguien que no valía absolutamente la pena. Si bien no me enseñó nada sí aprendí de él. Este 2025 entendí que el sufrimiento es producto de las expectativas. Sin saberlo ni imaginarlo mi pena fue un impulso para trabajar en mi amor propio, reconectarme con mi cuerpo, sentir que tengo las riendas de mis emociones cuando mi mente está clara, que hay personas que se disfrutan por un instante y ese instante puede ser memorable ¿Cómo nos juega en contra nuestra mente? Tantos rollos y castillos en el aire por unas noches de pasión sin detenernos a pensar quién es realmente el personaje ¿Por qué hay tanta ansiedad por tener una pareja? A veces ¿ A qué costo?  ¿Por qué no disfrutar del proceso?

Relato estas experiencias personales con un propósito súper claro. No para que tiren el poto a la chuña - tampoco lo hago, fueron hechos aislados memorables- sino para que entendamos que la edad tampoco puede ser un impedimento para explorar la sexualidad en esta etapa de la vida. Le hablo a las mujeres de mi generación, tenemos que aprender a disfrutar cuando se hace de manera responsable y consciente.

Ahora me siento plena, brillante, madura y tengo clarísimo que no entregaré mi corazón a cualquiera. Por ahora quiero pasarla bien sin complejos de ningún tipo desplegando mi sensualidad de manera sutil pero intencionada cuando alguien me atraiga. Basta de espantar cucos, bajé la guardia.

Ahora lo paso mejor que a mis 20s. En este punto de mi vida nadie me elegirá, seré yo la que tome la decisión cuando llegue el momento.  Otsea ahora me siento la media mina; sin embargo, esa validación no viene de otros, viene de un trabajo interno muy profundo después de transitar por la oscuridad.

Quizá muchas de ustedes sientan que esa chispa que llevan dentro se apagó, como lo sentí yo. Que no son sexys o que no pueden concebir el sexo que no sea a través de una pareja, de quedarse pegadas en malos amores para no estar solas. Insisto no que hay que ser joven para disfrutar la sexualidad ¿Por qué nos privamos de tantas cosas? No solo la sociedad castiga también nos castigamos.

Jamás pensé que este año sería un despertar, un darse cuenta que puedo ser coqueta, que atraigo en la forma que vibro y que la vida siempre pone las cosas en su lugar. Me leo antes y me leo ahora, estoy a años luz de lo que fui. Mi cambio es tan evidente que me miro al espejo y, a veces, no me reconozco. Cambié el switch sintiéndome en un momento glorioso, de esa gloria que da tener el corazón y la mente en calma.

Como pueden ver en un año, que puede parecer tan corto, podemos vivir miles de experiencias y sufrir cambios radicales, las cosas siempre se transforman y depende de nosotras elegir qué caminos transitar.

Les deseo unas lindas fiestas de fin de año y que el próximo que se avecina venga colmado de momentos alegres. Es tiempo de cortar el webeo con tanta tranca y pensamientos rumiantes que sólo hacen que nos sintamos infelices cuando está en nuestras manos saber escoger con la sabiduría que dan los años.

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