EN TU MEMORIA
"La vida es aquello que pasa mientras te empeñas en hacer otros planes"John Lennon
Esta publicación la escribo desde el dolor, el desgarro y la incomprensión cuando alguien querido/a se va, cuando deja esta vida para hacerse inmortal. Falleció una amiga, amiga de mis amigas, amiga de mi familia. Una enfermedad se la llevó, nos la arrebató resquebrajando nuestros corazones y cambiando nuestra forma de ver la vida. Esta realidad para nadie es ajena, la muerte es parte del contrato.
Escribir de ella en pasado es difícil. Hablar en pasado de un ser querido que fue tu presente remece. La fragilidad de la vida te escupe en la cara. No somos nada y, a la vez, somos todo para las personas que nos quieren.
¿Por qué se van las personas más lindas? ¿Por qué es tan injusta? me pregunto. Ella una mujer joven llena de vida, sueños, proyectos. Gozadora, estruendosa - su risa se sentía hasta en la Antártica-, cariñosa madre, amiga y esposa de mi amigo Lucho se fue, no está, se desvaneció convirtiéndose en luz, resplandeciendo divina, libre, volando sobre nuestras cabezas incrédulas.
La vida tiene misteriosas maneras de darnos lecciones. Ella me dio una antes de partir, sin saberlo me cambió. Ahora me doy cuenta que toda experiencia humana tiene un propósito y es responsabilidad de nosotros hacer carne esos aprendizajes.
Hace un par de semanas estuve muy angustiada, llorando en mi cama pensando en mi desdicha imaginaria. Llamo a una amiga para desahogarme que me aconseja llorar con los ojos abiertos para evitar arrugas, consejo que repliqué en redes sociales como "chiste". Esa noche recibí un mensaje de ella diciendo irónicamente "no haberlo sabido antes". Esa frase fue como una puñalada de realidad, yo mirándome el ombligo preocupada de cosas sinsentido mientras ella lloraba lágrimas de sangre aislada en la pieza de una clínica lejos de su familia.
En ese momento me di cuenta que, muchas veces, nos inventamos problemas, vivimos preocupados por estupideces, sufrimos por el gusto de sufrir, incluso hay gente que ama la estética del sufrimiento. Si bien cada persona vive el dolor de manera diferente, muchas veces nos enceguecemos siendo incapaces de mirar panorámicamente nuestra existencia, no nos detenemos a apreciar todo lo maravilloso que nos rodea. Fuiste una maestra.
Si bien no éramos amigas entrañables ambas sentíamos profunda admiración y respeto la una por la otra. Ella siempre me trató con amor, un amor desbordante que esparcía a cada persona y espacio que habitaba. Me dijo los piropos más lindos. "Guapa, brillante, entretenida" fueron unas de sus últimas palabras hacia mí. Creo que ella tenía el don de hacer sentir bien a las personas sobre todo cuando estaban tristes con su alegría inagotable incluso en su momento más oscuro.
En este minuto me es imposible no pensar en sus amigas más queridas, las abrazo con el alma. Me es imposible no pensar en su familia y me es agobiantemente imposible no pensar en mi gran amigo Lucho al que no le podré mirar la cara sin quebrarme, porque palabras de consuelo no tengo para él, sólo me queda abrazarlo.
La vida es corta, claro está, pero ahora es más prístino que nunca para mi. No hay tiempo que perder para hacer lo que deseamos, soñamos, anhelamos. Estrujemos la vida hasta que se seque, riamos con el alma, sintamos profundo, amemos bien, cuidemos de nuestra salud y de nuestros/as amigos/as a los que juro les diré en vida cada vez que pueda, cada cinco minutos, que los/as amo desde lo más profundo de mi ser.
Gaby, a ti te dedico este texto porque te lo mereces, porque me enseñaste, porque me quisiste y aunque todos estemos impávidos/as estoy tranquila porque te dije en vida la maravillosa mujer que eras. Estabas tan feliz de sentir tanto amor de la gente. Te admiro por tu lucha, por tus convicciones, tu consecuencia, tu sentido social, por tu forma de amar intensamente, por saber vivir a tu manera, por darle a mi amigo Lucho los mejores años de su vida, la pareja más hermosa que he conocido en la vida, de aquellas de crees que no existen.
Ahora tendremos que resignarnos a tu partida pero tenemos la obligación de resignificarte haciendo viva tu memoria recordándote bailando hasta abajo, tomando Aperol, abrazando a tus amigas, riendo por todo, amando intensamente. Porque eso fuiste, una mujer llena de luz y eso eres porque ahora te convertiste en una estrella, la estrella más glamorosa de la vía láctea.
Gracias por existir.
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