LAS TONTAS GRAVES

 



Dicen que somos cuáticas, que el empoderamiento femenino no ha hecho más que lapidar a los hombres, que somos intolerantes, que ya no nos pueden decir nada, "ni siquiera un piropo". Esto último lo he escuchado mil veces con sorna. ¿Cómo no nos vamos a engrifar? si muchos se sienten con la propiedad de manosearnos, mirarnos lascivamente, decirnos cosas inapropiadas en contextos absolutamente disonantes. No hablo de todos los hombres - que esto quede muy claro - sino de los weones machistas, desubicados y asquerosos. 

Me atrevería a decir que la mayoría de las mujeres han sufrido algún tipo de acoso o experimentado alguna situación incómoda ¿O me equivoco? Este es un tema que quiero abordar superficialmente con el objetivo de que entendamos que no estamos solas, que es una realidad compartida porque es una práctica que ha sido naturalizada - "los hombres son así" -. 

Convengamos que todo es cultural (ya parezco disco rayado diciendo esta frase pero es para que entiendan la wea). Los hombres no son así por naturaleza sino porque han aprendido que las tetas y el poto son objetos de deseo, casi un bien de uso público que se pueden mirar sin ningún tipo de límite, incluso tocar sin consentimiento. Acaso nosotras ¿miramos penes a destajo en la calle, les decimos weas ofensivas como "lo tenís chico" o tocamos sin consentimiento? No señoras, no es así. 

El acoso tiene muchas aristas y se clasifica según el espacio donde se produce. Podemos interpretar esto de manera simplista como atropellos a nuestra integridad física, sicológica y emocional con las que hemos tenido que lidiar desde niñas. El machismo ha permeado y condicionado nuestra forma de vestir y comportarnos. 

Toda esta reflexión nació de una experiencia incómoda en mi trabajo por usar escote donde me sentí intimidada. Nunca más lo haré porque me dio vergüenza, como si fuese mi culpa. Esta situación gatilló una profunda reflexión porque recordé cada episodio donde me vi expuesta y vulnerada.

Breve resumen de toda la mierda que he tenido que pasar:

Nunca olvidaré que a los 13 años un viejo me dio un fuerte agarrón en el poto en una escalera. Quedé paralizada, sentí miedo, nunca más usé jeans, preferí ponerme un polerón en la cintura. A los 16 caminando sentí una mano en la vagina que me levantó del suelo como un gancho, decidí no usar falda. En una fiesta un weon me metió la lengua en la oreja porque dijo que andaba provocando. 

Afuera del colegio un tipo nos mostraba el pene, le decíamos "Alexis" (alexibicionista) como talla; En una micro se masturbaron en mi espalda llenado de semen mi chaqueta escolar - esta misma experiencia le ocurrió a una lectora-. Me escupieron porque no quise bailar, un doctor me acosó en su consulta,  entre otras cientos de "lindas" vivencias ¿Díganme si estos hechos no son constitutivos de una percepción negativa del género masculino? En parte creo que sí. 

A propósito de este texto muchas lectoras me contaron sus experiencias para hacerme un mapa que esto nos sucede a todas en menor o mayor medida. Muchas indicaron que jamás se vestirán de cierta manera porque en la calle les han dicho cosas como "tremendo culo", "que ricas tetas", "estas sabrosa", "te comería el choro", en fin, muchas frases "pitucas" como esas. Una amiga por tener senos grandes la webiaron tanto que camina jorobada por el trauma que le causó de niña. 

Si bien se hacen esfuerzos por cambiar el enfoque estas prácticas siguen vigentes. Le pasa a escolares y nos pasa a nosotras. Conversando con niñas de 18 años entendí que no hemos avanzado nada, la diferencia está en que son "parás de la hilacha" no aweonás como nosotras. ¿Cómo no vamos a estar a la defensiva? ¿Cómo vamos a seguir tolerando este tiempo de comportamientos si nos vulneran por el solo hecho de ser mujeres? Ya aprendimos a decir que NO, ahora aprendamos a imponernos cuando consideremos que algo nos trasgrede, a mandar a la mierda si es necesario.

Les prometo que me encantaría que todo fuese a la inversa y que sean ellos los que pasen por estas humillaciones para que, finalmente, entiendan que no somos cuáticas, graves o exageradas porque sí, sino porque el acoso ha sido sistemático a lo largo de nuestras vidas. ¡Empaticen! Este es un trabajo que debemos hacer juntos para que sus hijas no terminen dañadas y no se sientan culpables por usar una mini o escote ¡Basta! 

Pie de página: 

Este fin de semana me encontré con un conocido - siempre he sabido que es un saco de wea - me saluda y dice "te falta bigote y tula para ser hombre". Lo miro con extrañeza y sólo le dije "escúchate, te falta mucho". Quedé "picá" y más tarde le dije a su polola "educa a tu troglodita". Sin embargo me sentí blanda, que soy muy "shora" pa' escribir pero a la hora de los "quiubos" no respondo de manera categórica. Nuevamente me sentí culpable.

Ahora me doy cuenta que lo que escribo, de alguna manera, impacta en el machilurismo por lo que tendré que aprender a defenderme, salir con pintura de guerra, ponerme entera de bélica y bellaca. La respuesta para su comentario era "y a vo' te falta cola para parecer simio, laji ql" (esta idea nació de una soa de mi Instagram).

Lo que se me me ocurrió a mi fue “chúpala entonces CTM! Pero siempre esta creatividad viene después cuando ya pasó la vieja. Ojalá me lea.

¡Vengan de a uno!





Comentarios

Entradas populares