LA INCERTIDUMBRE DE LO QUE VENDRÁ

 


Termina el año y empieza automáticamente otro exactamente igual. Lo que cambia es nuestra intención. La lista de deseos es grande; puede ser bajar de peso, encontrar minoco, dejar atrás hábitos tóxicos, cambiar de trabajo, la paz mundial, ser millonaria por osmosis, viajar, estudiar, que l@s hij@s crezcan rápido, un cachorro de un tigre siberiano o la wea que sea. ¿Por qué no quererlo todo? Desear es humano. 

Convengamos que diciembre es como la mierda. Cargamos el cansancio de todo el año, con cuea nos podemos la raja. Nos ponemos irascibles, entramos en un estado casi psicótico "pateando la perra" por cualquier cosa. Luego viene la Navidad, nos estresamos más y quedamos en la pitilla, sin un puto peso, pero plata para los calzones amarillos y el copete nunca faltará. 

Sin embargo, sucede algo inexplicable porque de la nada - cuando nos ponemos en modo Año Nuevo- regresa la esperanza y nos da ansiedad por lo que vendrá. La incertidumbre nos come. Leemos el horóscopo chino para tener claridad de que lo que nos deparará el año. Cuesta dejar que las cosas fluyan, queremos controlarlo todo, hasta el futuro. 

Cada 31 de diciembre escribo mis anhelos para el año que viene porque Pedrito Engel lo dice. Guardo el papel quemándolo en Año Nuevo. Con fines investigativos que den sustento a esta publicación, abrí la lista de este año y no se cumplió nada, ¡por la chucha!. En vez de bajar los cinco kilos que me propuse los subí - la wea del peso es un temazo para mi -. Haré la lista a la inversa. 

Cuando estamos ad portas de entrar en un nuevo ciclo, miramos el año que se va en retrospectiva sondeando cuales fueron los aprendizajes, lo que queremos mantener en nuestras vidas o lo que necesitamos eliminar de cuajo para ser más felices. Este ejercicio tod@s lo hacemos por redes sociales -que manera de leer weas-. Lo más divertido es que esas publicaciones terminan siempre con la frase "2024 voy por ti" o "este es mi año" o "vamos con todo" ¡nanai! A poco andar queda alguna cagá.

Haciendo un balance de mi año -porque las weas que escribo son los relatos de mi vida, es mi blog OK - este 2023 fue sorprendente. Volver a escribir me abrió un mundo, jamás pensé que tantas mujeres se sentirían identificadas, las hice reír y llorar. Es decir provoqué emociones, eso no es fácil de conseguir.  

Este blog tiene más de 25 mil visitas, "otsea" estoy súper contenta por ello y agradecida de cada una de ustedes por leerme y darme la lata por mensajes de Instagram -mentira- ¡muac!. Publiqué dos columnas en revista Paula, algo que siempre quise para mi ego. Confieso que a pesar de ser periodista y escribir soy pésima lectora, no tengo referentes, escribo como se me para la raja, con sus errores. Prometo no dejar de hacerlo, tengo mucho que decir y revelaciones que haré con el paso del tiempo. Sanándome puedo sanar a otras. 

Hice un curso de la OEA (Organización de Estados Americanos) participaron 76 personas de Latinoamérica, una de ellas fui yo. Viajé por seis países donde viví experiencias inolvidables, me subieron el sueldo y cambié de casa, a mi propia casa. Si bien tuve momentos muy oscuros llenos de Rize - me desprogramé heavy en un instante-  logré reflotar porque la vida me enseñó que todo pasa, que no hay que aferrarse al status quo sino permitir que la incertidumbre abra paso a nuevas oportunidades. La vida me ha enseñado mil veces esta wea pero no entiendo porque soy burra.

En definitiva, a pesar de que nada de mi lista se cumplió, la vida y sus misteriosas formas me abrió oportunidades que superaron con creces lo que deseé al empezar el 2023. Tener un compañero o bajar de peso son puras weas, lo que importa es anhelar a ser mejores, cambiar lo que no nos gusta y esperar a que la incertidumbre nos dé grandes sorpresas. El cambio tiene que venir de nosotr@s - Si no quieren hacer ese trabajo interior no se preocupen que el 1 de enero somos otr@s por obra y gracia del espíritu santo, pareciese que así se entiende-. 


Pie de página: Este es el año del Dragón de Madera, lo leí en la peluquería. Si quieren leer la wea gratis vayan a cortarse el pelo porque los libros ql cuestan los dos ojos de la cara. ¡Este será mi año, lo decreto! - nótese la ironía-. Dejemos que pase lo que tenga que pasar 














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