8 M : Nada que festejar


Mientras cocino y me saco los bigotes (actividades mayormente femeninas de buena soa) comencé a reflexionar sobre la importancia de la conmemoración del 8M, popularmente conocido como el "Día Internacional de la Mujer". Cada año esta fecha alcanza mayor relevancia y cientos de expertos/as hacen análisis de la temática, desde diversos puntos de vista, lo que enriquece el debate(algunos/as dicen puras weas).

En concreto, Chile es uno de los países que presenta uno de los  índices más altos de brechas y desigualdades entre hombres y mujeres. Para ser exacta (ya que la gente ama los números) en nuestro país las brechas de género constituyen un 73%, situándonos en el lugar 47 del mundo. Esto es alarmante, creyéndonos tan "elevados", los "europeos/as " de latinoamérica.

Convengamos que todos los derechos que hemos adquirido en las últimas décadas han sido obtenidos con la lucha y sangre de cientos de mujeres. El voto femenino se obtuvo en el Reino Unido en 1928 y en Chile recién en 1949. Toda la historia de la humanidad fue escrita y determinada por hombres (esta vez no hablaré del patriarcado).

Desde que comenzaron los movimientos feministas y se suscribieron convenios y tratados internacionales se puso el tema sobre la mesa, se empezó a actuar. El feminismo no tiene color político ni pertenece a un sector de la sociedad, nos compete a todas y todos. No tiene que ver con la pugna con el hombre sino más bien con la reivindicación de nuestra existencia y la importancia del rol que cumplimos en esta sociedad (para simplificar el tema y se entienda). Existen muchos sesgos de la propias mujeres sobre este concepto, pero les quiero decir algo soas: si están conscientes de la desigualdad y han sentido impotencia son feministas encubiertas, lo quieran o no.

Para ser más gráfica y refrescar que aún nos queda mucho por avanzar les enrostro la realidad sin caer en cifras:

- La brecha salarial entre hombres y mujeres aún persiste de manera cruenta.

- Las mujeres pagan más en las isapres. El embarazo está castigado.

- Los puestos de poder, políticos, científicos y académicos en su mayoría son ocupados por hombres. Personalmente soy la única jefa de área en el lugar que me desempeño, existiendo mujeres muchos más capaces que quienes ostentan esos cargos. Me tengo que esforzar el doble para que me tomen en cuenta.

- Los femicidios cada vez son más elevados.

- La violencia doméstica es una constante y se da en todos los estratos de la sociedad. "Desde las parcelas no se escuchan los gritos".

- El acoso sexual y la violación son pan del día a día. Las mujeres y niñas aún no pueden andar tranquilas en las calles. 

- Existe la violencia obstétrica. Las mujeres son sometidas a cesáreas sin su consentimiento pudiendo ser parto normal.

- Las labores domésticas en su mayoría son realizadas por mujeres al igual que el cuidado de hijos/as, de personas con discapacidad y adultos/as mayores.

- Las mujeres son juzgadas por cómo se visten, opinan, por su cuerpo, por cuántos meten su cama, por la edad (entre miles de otros factores). Hay que cumplir con las expectativas impuestas de cómo "debemos ser".

- No quiero entrar en cifras de los deudores de pensión de alimentos (las conozco)son escandalosas.

Esto es para dar algunos ejemplos de que vivimos en una sociedad desigual. Somos desiguales. Reconozco que se hacen grandes esfuerzos, liderados por hombres y mujeres para mitigar esta realidad pero no son suficientes. 

Las y los invito a deconstruirse (todo es cultural)y a conmemorar esta fecha con un profundo sentido de reflexión y continuar trabajando desde los diversos espacios en los que habitan sean estos familiares, laborales y sociales. Las mujeres tenemos un rol protagónico en estos tiempos y en los que se avecinan.

Las invito a ser sororas, apoyarse unas con otras y a manifestarse con convicción ante las injusticias.

No puedo evadir escribir sobre el tema. Falta mucho paño que cortar.

¡Fin!




  

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